Damos las gracias al Señor por habernos permitido celebrar
esta Eucaristía a las plantas de su Madre, la Santísima Virgen de la Soledad.
Le damos las gracias, por estos 75 años en los que, esta sencilla y humilde
Cofradía, lleva rindiendo culto a la madre dolorosa que lleva en su mano la
corona de espinas de su Hijo.
Le damos gracias por las venturas recibidas por la mediación de la Virgen de la Soledad, le
damos gracias a la Santísima Virgen por ser nuestra Abogada, nuestra Madre y
nuestra Confesora, y esperamos durante muchos años mas, seguir enjugando las
lagrimas que ruedan por sus mejillas con nuestras oraciones y con nuestra
devoción.
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