En el año 1937, año de la fundación de la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, la Ermita de San Cristóbal, aledaña al Cementerio Parroquial del mismo nombre se encontraba en ruinas, reducida a solo un montón de escombros. La Junta de Gobierno de la Cofradía, toma el acuerdo en consenso con la Autoridad Eclesiástica, de restaurar dicha Ermita para que sea el lugar de culto de la Santísima Virgen de la Soledad y la Sede Canónica de la Cofradía. Así se inician las obras de reconstrucción en el año 1938, durando estas hasta 1944, debido a la difícil situación por la que atravesaba España y la falta de medios económicos de la Cofradía.
El día 2 de noviembre de 1938, aun con la Ermita en reconstrucción, se traslada en procesión la Virgen de la Soledad desde la Parroquia de San Francisco de Asís, donde había sido bendecida tras el amplio proceso de restauración llevado a cabo en Córdoba por el imaginero Rafael Díaz, hasta la Ermita, que a partir de ese día, y con el beneplácito de la Autoridad Eclesiástica, pasa a denominarse Santuario de Nuestra Señora de la Soledad.
A principios de la década de los sesenta, se construye el edifico anexo al Santuario, que se dedica a vivienda del santero, persona que cuidaba del edificio. En la actualidad, dicho edificio se utiliza para guardar los enseres de la Cofradía.
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