Cristo Rey de la Ermita de Ntrª Srª de la Soledad |
¡Dulcísimo Jesús,
Redentor del género humano! Míranos humildemente postrados delante de tu altar;
tuyos somos y tuyos queremos ser; y a fin de vivir más estrechamente unidos a
Ti, todos y cada uno espontáneamente nos consagramos en este día a tu Sacratísimo
Corazón.
Muchos, por
desgracia, jamás te han conocido; muchos, despreciado tus mandamientos, te han
desechado. ¡Oh Jesús benignísimo!, compadécete de los unos y de los otros, y
atráelos a todos a tu Corazón Santísimo.
Señor, sé Rey, no
sólo de los hijos fieles que jamás se han alejado de Ti, sino también de los
pródigos que te han abandonado; haz que vuelvan pronto a la casa paterna porque
no perezcan de hambre y de miseria.
Sé Rey de
aquellos que, por seducción del error o por espíritu de discordia, viven
separados de Ti; devuélvelos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe,
para que en breve se forme un solo rebaño bajo un solo Pastor.
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