El primer
día del Triduo en Honor a la Virgen de la Soledad, tras la celebración de la Santa
Eucaristía, se llevara a cabo el rezo
del Vía Matris por el interior de la Parroquia de San Francisco de Asís. Según
el modelo del Vía Crucis, ha nacido el ejercicio de piedad del Vía Matris, o
Camino de de la Madre dolorosa, habiendo formas incipientes de este rezo desde
el siglo XVI, si bien en su forma actual data del siglo XIX.
En el Vía Matris se considera toda la vida de
la Virgen Maria, desde el anuncio profético del anciano Simeón, hasta la muerte
y sepultura de su Hijo, como un camino de fe y de dolor, camino articulado en
siete estaciones, que corresponden a los siete dolores de la Madre de nuestro
Señor.
Los siete
dolores de la Virgen son: La predicción del anciano Simeón, la persecución del
rey Herodes y la huida a Egipto, Jesús perdido en el Templo, el encuentro con
su Hijo cargado con la Cruz, la crucifixión y muerte de Jesús, Jesús muerto
descendido de la cruz entre los brazos de su Madre y la sepultura del Señor.
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