El segundo día del Triduo en Honor de la Virgen de la
Soledad, se rezara después de la Santa Misa el Vía Crucis. El Vía Crucis es una
devoción centrada en los Misterios Dolorosos de Cristo, que se meditan y
contemplan, caminando y deteniéndose en las estaciones, que representan los
episodios más importantes de la Pasión del Señor.
La difusión del Vía Crucis ha estado muy vinculada a la
Orden Franciscana, tarea en la que destaco especialmente San Leonardo de Porto
Mauricio. El Vía Crucis consta de 14 estaciones, cada una de las cuales se fija
en un episodio de la Pasión de Cristo, en las que se lee un pasaje el
Evangelio, seguido y precedido por diversas preces y oraciones.
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